La historia de los barcos
Existe una teoría de parte de muchos de los biógrafos de Verne que indica que hizo su primer viaje siendo un niño de once años, cuando se embarcó en La Coralie con rumbo a las Indias. Con el paso del tiempo se descubrió que esta historia no fue más que una leyenda inventada por su primera biógrafa. Luego, las biografías que se derivaron a partir de esa, repitieron incesantemente la historia hasta el cansancio y hasta nuestros días. Cierto es que Verne, desde muy joven, comenzó a sentir una pasión especial por el mar y los viajes. Luego, la glorificación romántica de las aventuras marinas se convertiría en punto esencial de todo su ciclo novelístico. Luego de unos exitosos primeros años como autor de libros, Verne pudo realizar su sueño de viajar y se compró un yate con el cual pudiese viajar al lugar donde desease. Sus tres yates constituyeron además una especie de "oficina de trabajo flotante". No solo disfrutaba de los viajes a bordo de sus yates, sino que los viajes eran, por tanto, una extensión de su trabajo que nunca cesaba, que le servía tanto para tomar nuevas notas para sus futuros libros, como para redactar historias completas o parciales a bordo.
St. Michel I
Es en Le Crotoy que compra su primer barco, al que bautiza, St. Michel, en honor a su hijo, y comienza a recorrer los mares haciendo pequeñas excursiones alrededor de la costa francesa, para luego ir un poco más allá. Este fue el primero de sus barcos. Lo compró en 1867 y era una simple embarcación de pesca, de unas ocho toneladas y unos 7 a 9 metros de longitud, arreglada por un carpintero de barcos de Le Crotoy que había instalado una despensa delante y una recamara detrás.
François Alexandre Delong, apodado Sandre, pilotó este pequeño barco, con Alfred Berlot como segundo y el gran Verne como capitán y propietario del barco. Durante la guerra de 1870, la chalupa fue movilizada como guardacostas junto con Jules, Delong y 12 marineros reservistas y se le instaló un pequeño cañón. Poniendo a prueba sus conocimientos de maestro en cañones, Delong se arriesgó a abrir fuego y el cañón explotó.
Con el barco llegó a las costas de Inglaterra y España. A bordo del St. Michel I, escribió partes de Veinte mil leguas de viaje submarino mientras cruzaba con su yate por la costa de Francia y el Mediterráneo. Desde Inglaterra le escribe a Hetzel: "Estoy mojado y frente a las costas de Gravesand en el momento en que le escribo, y he finalizado aquí el primer volumen de Veinte mil leguas de viaje submarino, como si estuviera en mi casa. ¡Es algo maravilloso!"
St. Michel II
En 1876, el escritor compró un nuevo barco al cual bautizó St. Michel II, un velero de 19 toneladas y trece metros de longitud, construido en el astillero Abel Lemarchand en Havre. Esta embarcación, de un tipo muy fino, era ciertamente un correo de los mares. Desde esa época hizo embarcar a Emil Delong, el hijo de Alexandre. Este joven marinero de solo 19 años era cuatro años mayor que el hijo de Verne nacido en el 61, quien también lo acompañó en algunos de sus viajes.
De acuerdo a Volker Dehs, el lanzamiento del St. Michel II se supone que fue el 3 de abril de 1876. Por motivos accidentales, esta fecha es casi idéntica a la del lanzamiento del futuro barco de Verne, y al cual llamaría, siguiendo la tradición, St. Michel III, que en ese momento estaba en poder del marqués de Préaulx.
De este barco no se conoce mucho, solo que Jules continuó sus viajes en él, pudiendo realizar entonces travesías un poco más largas. Verne estuvo en posesión de este yate durante poco más de un año.
St. Michel III
En noviembre de 1877, se ofrece la oportunidad de la compra de un yate a vapor. Paul presiona a su hermano para que realice la compra al marqués de Préaulx que lo había adquirido por 100,000 francos, y aunque se había devaluado con el paso de los años, ahora se ofrecía a 55,000 francos. Verne trató de negociar el precio y bajarlo en 15,000 francos. Finalmente, el marqués no hace la rebaja y Verne tiene que comprarlo en la cifra inicialmente propuesta por el marqués.
Verne vende el St. Michel II a los pilotos de Nantes y lo remplaza por el nuevo velero, al cual nombra, St. Michel III. Este barco, bello yate a vapor y velas, de 31 metros de largo y 38 toneladas, y 2.90 metros de calado, que hacía difícil el acceso a Le Crotoy, que era de tierra baja, había sido construido un año antes por la compañía Jollet y Babin.
Un barco de este tamaño requería diez hombres como tripulación e imponía la contratación de un oficial de marina lo que puso fin a la colaboración de Delong, ya con 47 años, pero no a la amistad entre los dos hombres que eran casi de la misma edad, siendo Verne mayor por tres años. Esta amistad es ilustrada por una carta del escritor que le pide a su editor el envío gratis de 8 libros autografiados a Delong. En 1890, el escritor galo escribió César Cascabel, y el héroe de esa novela tiene el nombre Alexandre y se apoda Sandre, lo que constituye, sin dudas, un homenaje a Alexandre Delong.
Luego de varios años de navegación, Verne vende el St. Michel III, al parecer por razones económicas. Existe una leyenda que afirma que Verne vendió su yate debido al atentado sufrido ese mismo año cuando su sobrino le disparó con un revólver, pero lo cierto es que se ha probado que Verne ya había vendido la embarcación antes de este incidente. Desde el punto de vista financiero el barco era costoso. Verne además debía pagar algunas deudas de Michel, que había entrado en un negocio industrial sin previa experiencia y ya debía 30,000 francos.
El destino del St. Michel III
La mayoría de los biógrafos vernianos coinciden que el St. Michel III fue vendido por Verne el 15 de febrero de 1886, por la cifra de 23,000 francos, al príncipe Nicholas de Montenegro, sin embargo, algunas investigaciones recientes han arrojado que mucho antes de que Nicholas poseyese la embarcación ya esta había pasado a otras manos.
En el artículo Les yachts de Jules Verne, escrito por Phillipe Valetoux y publicado en Le chasse marée, número 140, de enero del 2001, el autor afirma que en la revista francesa Le yacht, en su edición del 18 de julio de 1885, se reseñaba que el Saint Michel III, que pertenecía al señor Jules Verne, había sido comprado por el señor Marcel Noé de Nantes. Luego, en su edición del 13 de marzo del año siguiente, la misma revista indica que el St. Michel III había sido vendido hacía unos días al príncipe de Montenegro (quien cambió el nombre del barco, nombrándolo Sybila), fecha esta que puede coincidir con la que inicialmente dan todos los biógrafos.
Algunas personas e investigaciones han tratado de saber la suerte corrida por el último yate de Verne, y se ha logrado saber hasta la fecha que en 1890 o 1891, Nicholas de Montenegro vendió el barco a una flota de embarcaciones de Croacia. El nombre del barco vuelve a cambiarse, esta vez a Sokol (Halcón). Hasta 1894, el barco viajó regularmente desde la ciudad de Senj a Bakar y Rijeka y viceversa. En ese mismo año, otra flota costera de embarcaciones, en esta ocasión húngara, se convierte en la propietaria del bote. En 1913, casi veinte años después, el barco fue vendido a Marko Martinolich de la ciudad de Mali Losinj, quien le cambió el nombre a Toto y esta es la última información conocida acerca del destino del St. Michel III.