Las palabras ocultas en los textos vernianos - Ariel Pérez
De manera creciente, en los
últimos años, se han venido presentando una serie de
artículos y materiales que de forma novedosa tratan de demostrar
la profunda elaboración con la que el autor francés Jules
Verne trabajaba en cada una de sus historias y la gran importancia que
este le concedía a los nombres de sus personajes. En 1903, en
una de las entrevistas que le hiciese Robert Sherard, el autor
francés, al hablar de este particular, expresó: Le
concedo cierta importancia a los nombres (...) Cuando encontré
el apellido Fogg me sentí complacido y orgulloso. Y era muy
popular. Fue considerado un hallazgo real. Pero fue especialmente el
nombre, Phileas el que le dio tal valor a la creación.
Sí, los nombres tienen gran importancia. Siga como ejemplo los
padrinazgos de Balzac
.
Era conocido que Verne apuntaba todo lo que encontraba en sus lecturas de las más famosas revistas de la época, en pequeñas tarjetas, las cuales en cierta ocasión, de acuerdo a lo afirmado por el propio autor, llegaron a ser más de veinte mil. Los estudiosos y especialistas de la obra verniana afirman que Verne, al morir, tenía varios miles de logogrifos entre estas tarjetas, así como también apuntes de posibles historias y datos que hoy pudieran haber resultado de sumo interés para entender mejor el pensamiento verniano. Aún se desconoce lo que pudo ocurrirle a todos estos apuntes y la conclusión a la que han arribado casi todos los especialistas de la obra del autor galo es que el propio Verne destruyó todos estos papeles poco antes de morir.
La serie verniana de Los Viajes Extraordinarios estuvo plagada desde un principio de una amplia gama de elementos criptográficos y criptológicos, y aun cuando quizás hayan pasado desapercibidos en su época, un siglo después los estudiosos de su obra han lanzado novedosas y variadas hipótesis que han permitido descubrir el trasfondo de los nombres de los personajes, los lugares y las expresiones que Verne utilizó en muchas de sus historias, usando técnicas tales como los anagramas, los palíndromes y las transposiciones.
Para comenzar con la ejemplificación del significado de los
nombres en la obra verniana tomemos, por ejemplo, a uno de sus
personajes más famosos, el capitán Nemo de Veinte mil leguas de viaje
submarino. Nemo en latín significa “nadie” y la
caracterización de una personalidad tan apasionada como la del
capitán del Nautilus hace que Verne busque y encuentre en esta
palabra latina el significado que encierra su acción y su
comportamiento ante el resto de los seres humanos. Nemo ha renegado del
mundo y él mismo se ha destinado a vivir para siempre lejos de
todos y de todo, guardando y haciendo partícipe a su submarino
de su profundo odio contra la humanidad. Por otra parte, ante los
hombres, Nemo, que había abandonado su Patria, no existe, no es
nadie. Mientras conversa con el profesor Aronnax el propio Nemo
expresa: (...) He roto con toda la sociedad por razones que
sólo yo tengo el derecho de apreciar. No estoy sometido por lo
tanto a ninguna de sus leyes (...)
En el capítulo XV de este propio libro, Verne - que incorpora a lo largo de toda la historia algunas otras frases en latín, destacándose entre ellas la famosa Mobilis in mobili - avivó la curiosidad de muchos lectores contemporáneos y modernos, cuando el segundo del capitán Nemo pronuncia una frase cuyo significado nunca se comenta explícitamente en el texto: Nautron respoc lorni virch. Las palabras que componen esta frase no parecen formar parte del vocabulario de ningún idioma conocido, por tanto su examen detallado sugiere inmediatamente la posibilidad de un mensaje a través de una combinación de un lenguaje artificial inventado por Verne.
Varias han sido las hipótesis con respecto a la identificación del contenido de esta frase. Una primera explicación le atribuye el siguiente significado: la palabra nautron sería la raíz de una palabra grecolatina, nauta que significa piloto (de barco); respoc la deformación de respicere (percibir); lorni sugeriría una alusión a la palabra anteojos (del francés lorgnette), instrumento con el cual todas las mañanas el segundo de a bordo exploraba el horizonte; virch sería la negación de la frase. Luego de este análisis nos quedaría algo así como: “El piloto no percibe nada con el anteojos”.
Luego, apareció una segunda variante explicando que nautron es la raíz de la palabra Nautilus, respoc es un anagrama de la palabra Crespo (en el contexto de la historia, este es el nombre de la isla a la cual Nemo esperaba llegar). En esta hipótesis lorni sigue siendo una alusión de la palabra francesa lorgnette y virch es muy parecido al término alemán nicht que indica negación. Luego, esto nos daría la frase “Crespo no esta a la vista del Nautilus”.
En conclusión, luego de analizar las dos variantes se puede llegar a la conclusión de que ambas tratan de llegar a un significado similar al deducido por el profesor Aronnax luego de escuchar esta expresión durante varios días consecutivos. El francés dedujo que esta expresión significaba algo así como: “No hay nada a la vista” y como se puede ver el significado final de este expresión no difiere mucho del significado final de las frases logradas luego del análisis de las dos hipótesis anteriores. Es necesario recordar que en el libro se dice que la gente del Nautilus hablan una lengua que sólo ellos comprenden, la cual parece ser una lengua artificial, creada presumiblemente a partir de las lenguas de los tripulantes del submarino, quienes poseen disímiles nacionalidades.
Dejémosle pensar con más calma sobre el posible significado de la expresión anterior y pasemos a analizar los ejemplos más comunes y más famosos, que no por ser manidos dejan de ser interesantes. Por ejemplo, si se toma el apellido de Héctor Servadac, personaje principal de la historia homónima y lo escribimos de derecha a izquierda, nos da la palabra francesa cadavres que significa cadáveres. Ardan que es el apellido del intrépido Michel (De la Tierra a la Luna) es un anagrama de la palabra Nadar, que es el seudónimo de Felix Tournachon, un famoso fotógrafo de la época y gran amigo de Verne. Alcides Pierdeux es el nombre original de uno de los personajes de la novela El secreto de Maston. Si analizamos detenidamente este apellido nos daremos cuenta de que se puede dividir en tres partes (pi-r-deux) lo cual significa pi-erre-dos, habiendo entonces una clara alusión a la fórmula para calcular el área de la circunferencia. Otro ejemplo clásico: en el cuento El doctor Ox aparecida en la colección de cuentos Ayer y mañana el personaje principal lleva por nombre Ox y su auxiliar se llama Ygene. Si unimos los dos nombres esto nos da la palabra francesa oxygene o sea oxígeno, la cual guarda una gran significación con el contenido de la historia.
Otros ejemplos menos conocidos y que recientemente han sido expuestos son: Robur (personaje principal de Robur el conquistador y Dueño del mundo) viene de la palabra robust, que significa fuerza, robustez; Urrican, apellido de uno de los participantes en El noble juego de los Estados Unidos (El testamento de un excéntrico) sugiere la palabra francesa hurricane (huracán), mientras que en esta propia historia Foley, apellido de Jovita, que es otra de las competidoras del juego, sugiere la expresión folie (locura, desatino).
Verne no solo se contentó con intrigar a sus lectores con los nombres de los personajes, sino que además en uno de sus títulos se precia, como el mismo dijese, de hacer un juego de palabras en francés. Fue en 1889 cuando apareció en Francia una nueva novela bajo el título Sans dessus dessous. Una expresión como esta no existe en francés y sí es común escribir sens dessus dessous, que significa “patas arriba, en desorden”. El propio Verne, en una carta de respuesta a un periodista de Amiens que le había escrito pensando que el título de la novela había sido escrito de forma incorrecta, explica que la palabra sans debía ser escrita con a y no con e. A través de aquel título realmente Jules quería decir algo así como sans dessus NI dessous, que si tiene un significado lógico y puede traducirse como “sin pies ni cabeza”. Pero si se traduce literalmente la expresión francesa esto nos daría algo así como “Sin abajo arriba”, lo cual no tiene sentido alguno. Es por esto que el título de esta novela ha sido traducido de varias maneras. En el caso del español, algunas ediciones fueron publicadas bajo el título “Sin pies ni cabeza”, y otras (la gran mayoría) fueron publicadas bajo un título que no tiene nada que ver con el título original: El secreto de Maston.
Volviendo a los nombres, es hora de hablar de dos controvertidos ejemplos: Phileas Fogg y Arne Saknussem. En el caso de Phileas Fogg (La vuelta al mundo en ochenta días) mucho se ha escrito y comentado sobre el mismo. Unos dicen que el apellido Fogg viene de la palabra inglesa fog (niebla) y que Phileas viene del latín filius (hijo), lo que daría “hijo de la niebla”. Los partidarios de esta teoría tienden a vincular la creación del nombre con las iniciales del Reform Club al cual pertenecía el inmutable inglés. Estos ven en RC (las iniciales del nombre del club) una alusión a la palabra Rose-Croix, que significa Rosa Cruz (grupo ocultista fundamentado en conocimientos místicos) y además una alusión a La niebla, una supuesta sociedad mística de la época a la cual se dice que pertenecían algunos de los más connotados personajes de la sociedad parisiense. Otros presumen que Phileas viene de un verbo del griego antiguo que significa “el que gusta”. Tomando como punto de partida la teoría de la significación de la palabra fog del ejemplo anterior tenemos “el que le gusta la niebla”, que pudiera tener la connotación de ser una persona enigmática.
En cuanto a Arne Saknussem (Viaje al centro de la Tierra), se dice que si leemos en francés el nombre acentuando la fuerza de pronunciación en la k, esto implicaría pronunciar que (equivalente al “que” castellano) o queue (palabra con que se designa en lenguaje vulgar al miembro viril masculino). Luego de la k tenemos las letras nu, lo que en francés significa desvestido y sem, voz eufónica de sème, que viene del verbo semer, el cual puede ser asociado con la palabra semence, siendo uno de los sentidos de esta última la palabra sperme (sémen). De este modo, sale a la luz la frase Sa queue nue sème, lo cual le da un sentido completamente sexual a la expresión, dando a entender que Arne es un hombre de gran actividad sexual. Los defensores de esta explicación además manifiestan que esta obra en su conjunto pudiera ser considerada como una metáfora erótica, al tomar en consideración que, al final de la novela, Verne describe la imagen de una eyaculación, cuando se refiere a la expulsión de los exploradores fuera del cráter del volcán.
En el cuento El eterno Adán (originalmente titulada Edom), Verne dejó a sus futuras generaciones de lectores uno de sus más interesantes mensajes ocultos. En esta extraña historia, que se sale del estilo de la serie Los Viajes Extraordinarios, Verne nos habla del ciclo de la vida en el Universo y nos trata de convencer de la destrucción y el resurgimiento de las civilizaciones. El galo, que ubica su historia 20 000 años hacia adelante (o sea, ¡en el vigésimo tercer milenio!), en una época con idioma y costumbres muy diferentes a las actuales, hace uso de un léxico peculiar, donde asistimos a la lectura de expresiones y de nombres en un idioma desconocido.
William Butcher, profesor de una universidad en Hong-Kong y activo investigador de la obra verniana le ha dado un origen chino a los nombres de Verne en este relato. Por otra parte, Christian Porcq sostiene que todo este lenguaje verniano inventado está cargado de alusiones sexuales, lo cual constituye nuevamente una interpretación atrevida. Para citar uno de los ejemplos de Porcq, los “hombres de la cara bronceada” se nombran en el relato Andarti-Ha-Sammgor. Christian asegura que la palabra andarti pudiera traducirse como ardent (ardiente) y que sammgor es un anagrama de orgasme (orgasmo), lo que daría ardents à orgasmes, o sea “ardientes en el orgasmo”. Otros sostienen que Verne utilizo para la invención de estos nombres un poco de las lenguas antiguas (latín, griego, hebreo). Lo cierto es que el misterio de nombres tales como Sofr-Aï-Sr, Hars-Iten-Schu, Andarti-Mahart-Horis, etc. aún se mantiene vigente.
El trabajo más reciente aparecido en el mundo verniano
europeo con respecto a este tema data de unos dos años y fue un
francés, Gilles Carpentier, quien publicó en una
edición del Boletín de la Sociedad Jules Verne de
París el artículo Les
mysterieuses sources d’une île (Las misteriosas
fuentes de una isla), donde hace un exhaustivo análisis de los
mensajes ocultos en La isla misteriosa, uno de las más
famosas novelas vernianas. Gilles afirma que el nombre de Ciro Smith
(Cyrus Smith en el original) es una anagrama de la palabra Jesucristo y
basa su exposición en los distintos milagros que el ingeniero
logra hacer en una isla desierta e inhóspita, e incluso llega a
sugerir que es el propio Verne el que pudiera verse reflejado en el
personaje del periodista Gedeon Spilett. Carpentier dice: El autor
nos describe a Gedeon como un verdadero héroe de la curiosidad,
de la información, de lo inédito, de lo desconocido, de
lo imposible. ¿No podemos ver ahí la descripción
del autor de Los viajes extraordinarios? Las iniciales del nombre son
G.S. Sumémosle 3 a cada letra. Resultado: J.V. o sea
¡Jules Verne!
Después de haber visto las más atrevidas tesis y los más significativos ejemplos planteados por los estudiosos de la obra verniana, cabría preguntarse ¿cuánto hay de especulación en todos estos razonamientos? Si bien hay algunos que parecen tener un significado evidente, hay otros que se tornan muy atrevidos. Lo cierto es que a Verne le gustaba darle significación a mucho de sus personajes y a muchas de las acciones narradas en sus novelas. Tomemos por ejemplo, el principal papel que despliega la criptografía en novelas tales como La jangada y Matías Sandorf cuyos argumentos dependen en gran medida del descubrimiento de los criptogramas presentes en ambas novelas. ¿Y que decir de las famosa inscripción Et quacumque viam dederit fortuna sequamur aparecida en uno de los capítulos de Viaje al centro de la Tierra? Con cada nuevo estudio sobre este particular se abren nuevas investigaciones, permitiendo en ocasiones entender al autor y su obra.
Al final, nos queda preguntarnos, ¿cuánto nos hubieran aportado las miles de notas que supuestamente Verne debía haber dejado al morir y de las cuales no hay rastro? Posiblemente hubieran sido suficientes para develar algunos misterios; posiblemente no nos hubieran aportado nada. Verne cuidó muy bien de esconder lo que quería expresar y debido a esto ha hecho mover a los especialistas entre la especulación y la realidad. Y esta dualidad, que hace enriquecedor el análisis, no evitará que nos sigan llegando en el futuro nuevas hipótesis de posibles interpretaciones de las palabras ocultas en los textos vernianos.
Bibliografía consultada
- Les mysterieuses sources d’une île, por Gilles Carpentier. Publicado en el Boletín de la Sociedad Jules Verne, París. Número 128, 4to trimestre, 1998.
- Verne à l’eau, Poe au feu, por Jean-Pierre Picot. Introducción a Maître Zacharius et autres recits publicado en París en el 2000.
- Mensajes del foro internacional Jules Verne disponibles en el sitio de Zvi Har’El.